9 Joab dijo a Amasá: «¿Estás bien, hermano mío?» y sujetó Joab con
su mano derecha la barba de Amasá como para besarle.
10 Amasá no se fijó en la espada que Joab tenía en su mano; y éste le
hirió en el vientre derramando sus entrañas en tierra. No tuvo que
repetir
para matarle. Luego Joab y su hermano Abisay continuaron la persecución
de Seba, hijo de Bikrí.
11 Se quedó junto a Amasá uno de los criados de Joab que decía:
«Quien quiera a Joab y quien esté por David, que siga a Joab.»
12 Amasá, envuelto en sangre, estaba en medio del camino; viendo el
hombre que todo el pueblo paraba, apartó a Amasá del camino al campo, y
le puso encima un vestido, porque vio que todos los que llegaban hasta él se
detenían.
13 Cuando Amasá fue apartado del camino, todos los hombres
seguían en pos de Joab, persiguiendo a Seba, hijo de Bikrí.
14 Seba atravesó todas las tribus de Israel hacia Abel Bet Maaká, y
todos los bikritas... se habían reunido y entraron tras él.
15 Vinieron y le cercaron en Abel Bet Maaká. Alzaron junto a la
ciudad un terraplén que llegaba hasta el contramuro y todo el ejército que
estaba con Joab trabajaba para derribar el muro, haciendo zapa.
16 Entonces una mujer sagaz gritó desde la ciudad: «¡Escuchad,
escuchad! Decid a Joab que se acerque aquí que quiero hablarle.»
17 Se acercó él y la mujer dijo: «¿Eres tú Joab?» Respondió: «Yo
soy.» Ella le dijo: «Escucha las palabras de tu sierva.» «Te escucho» - dijo -
.
18 Ella continuó: «Antes se decía: Quien preguntare, que pregunte en
Abel y en Dan si ha acabado